VOLVIENDO A GALILEAEl homúnculo.
Hasta mil ochocientos veintisiete, se creía que la identidad genética de una persona se debía en un cien por cien al padre. La madre actuaría como la receptora de un ser diminuto, el espermatozoide masculino, que se estaría desarrollando en el vientre materno durante nueve meses; por tanto, la mujer aportaba el hábitat natural donde el feto cómodamente se iba alimentando y crecía protegido de las distintas agresiones que el medio ambiente le pudiera originar....