La “Iglesia de Salida” pierde feligreses y donantes; al orientarse a “lo social”, la gente prefiere donar dinero al Estado.
Lo que nunca le ha faltado a la Iglesia Católica. Sin embargo, los datos empezaron a hablar de una contracción. La historia del caso es clara: hay una disminución progresiva en el número de inscritos que optan por la “donación” anual, para usar un nombre inapropiado, a la Iglesia. Comprender las causas no es una operación sencilla. Sobre todo se puede sospechar. Entre los que se preguntan por los motivos del declive, que por ejemplo también puede deberse...