El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, afirmó que la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa registrada hace seis años fue una atrocidad y consideró que las autoridades han dado “atole con el dedo” en las investigaciones.
Durante una misa en la cancha de usos múltiples de la Normal, a la que asistió al menos una veintena de padres de los estudiantes, llamó a que las protestas para exigir justicia se realicen de manera pacífica.
“Yo les pediría que estas manifestaciones fueran ordenadas y evitar realizar actos de anarquía“, recomendó frente a un mural con las imágenes de los guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, el primero de ellos egresado de esa escuela.
La petición del obispo provocó sonrisas en algunos de los dirigentes estudiantiles de la escuela y sus compañeros de nuevo ingreso.
“Es legítima su lucha para saber la verdad, esa verdad que tanto se nos ha ocultado no solamente a ustedes, sino a todos los mexicanos y al resto del mundo”,
dijo Rangel.
“Existe una indignación y una rabia porque nos han dado atole con el dedo y mientras no sepamos la verdad, esto no se va a sanar”.
El obispo pidió al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que detenga a todos los responsables, pues muchos de ellos andan libres.
Con información de Reforma/Jesús Guerrero

ACN
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